CUARTA EDAD
CUARTA EDAD II
En mi Reflexión I sobre el tema de la Cuarta Edad me limité especialmente a señalar aquello que me parecía importante como base para mantener un dialogo y una comprensión frente a los ancianos, cada vez más numerosos que la alcanzan y puedan vivirla durante más años según el avance y vulgarización de fármacos e intervenciones quirúrgicas.
Era una Reflexión de las relaciones de las personas más jóvenes que ellos con el fin que intenten comprender una situación que culturalmente es bastante nueva.
En esta Segunda Reflexión quiero señalar aquellas situaciones y posibilidades que pueden hacer la vida de los ancianos de la Cuarta Edad más agradable y positiva.
En gran parte de estas Reflexiones, a pesar que en general se deben a experiencias propias o recogidas de otras personas, voy a coincidir con alguno de los escritores sobre el tema especialmente con Deepak Chopra “Cuerpos sin edad, mentes sin Tiempo”, a pesar que científicamente ha sido muy criticado de todas maneras tiene consejos prácticos para los ancianos.
El mismo título de su libro tiene un significado profundo y no suficientemente explorado en forma realista pues se adentra en potencialidades del ser humano que no son mágicas, sino, desconocidas.
Lo que aquí detallaré no son posibilidades teóricas, sino realizaciones posibles, en diversos grados según la situación y evolución de cada anciano. En muchas ocasiones formas de vida que debieron ser programadas cuando aún era tiempo para que más tarde fueran efectivas. Esas mismas formas de vida, ejercicios, y otras cosas que se programaron poco a poco digamos a los sesenta o setenta años no resultan viables más tarde. En cambio debidamente implementadas antes pueden seguir siendo efectivas y posibles hasta mucho más tarde.
MENTES SIN TIEMPO
Yo lo definiría así: sentirse sin añoranza por el pasado y sin temor por el futuro. Vivir el Aquí-Ahora sin mirarse al espejo. Entonces, partiendo de ahí se puede dejar de tenerse lástima “pobre de mí anciano tan viejo”. Tratar desde este punto de vista, volver a descubrir la actual realidad con sus puntos positivos y negativos, con sus luces y sombras. Los ancianos tenemos la tendencia contraria, proyectar nuestras actividades presentes en un tiempo que se acaba lo cual demuele cada actividad positiva y soñada.
Saber y querer realizar en la Cuarta Edad aquello que no nos atrevimos hacer en otros momentos debido a complejos prejuicios de todo tipo. Aceptar el último juicio de nuestra vida que hagan los demás de “viejo loco”. Sabremos que en ese no-tiempo gozamos del privilegio siempre negado por la cultura, los próximos y nuestro propio miedo al ridículo, “de ser nosotros mismos”.
Generalmente las formas culturales o costumbres que nos han rodeado siempre tratan de despersonalizar con el fin de crear seres humanos estándar: así chilenos estándar, españoles estándar, alemanes estándar… de manera que siempre seamos predecibles, manejables como cualquier mercancía. Idiotamente nos dejamos manejar llegando a estar orgullosos de ser normales. La Cuarta edad nos da la última posibilidad de escapar a esa trampa temporal siendo Mentes sin Tiempo. Manejando por primera vez un cierto acercamiento a la Libertad.
DEPRESION
Hablando con un amigo anciano en que era comprobable un estado depresivo bastante agudo, me daba cuenta lo difícil aplicar eficaces remedios cuando se está en ese estado.
Se trata de un círculo vicioso. Se está deprimido y por tanto se rechaza casi todo aquello que le puede sacar a uno de la depresión o aliviarla. Uno no quiere hacer aquello que “sabe” le puede ayudar. Es como una persona que se está ahogando, pide auxilio, pero cuando llega lo rechaza. Eso cuando se está medianamente seguro que reaccionando puede escapar a la depresión. Mucho menos cuando no se conocen los medios psicológicos y de otro tipo o no se cree en ellos. Quizá en estos casos lo único posible serán los medicamentos para usarlos como palanca para reaccionar y utilizar otros medios.
Me estoy refiriendo aquí exclusivamente a las depresiones debidas a la edad, la falta de luminosidad propia de los inviernos etc. Es decir las depresiones propias de ancianos medianamente sanos.
Aparte del tipo de depresiones que he mencionado, creo que la más general en los ancianos se debe al “sentido de la muerte”. El darse cuenta que se encuentra en un periodo más delimitado que el de una persona en que se le puede calcular una posibilidad mayor de vida. Partiendo de los setenta y cinco años o los ochenta, aun en los cálculos más optimistas el tiempo de supervivencia resulta muy limitado. Mucho más aún si se está aquejado de enfermedades que a esa edad tienen un cronograma más o menos .establecido como término medio.
Si bien pienso que la Eutanasia es un acto de la libertad humana creo que en momentos de depresión intensa se trata de un suicidio que no es libremente asumido. En esos casos la persona toma la decisión de suicidarse no porque ya no soporte la enfermedad o simplemente para acelerar el momento final. En el caso de la Depresión es la enfermedad quien toma la decisión .
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PROBLEMAS ENFERMIZOS Y DEGENERATIVOS
En muchos ancianos, es muy frecuente, que se empiecen a generar problemas degenerativos y enfermizos de una manera muy lenta y disimulada. No solamente ellos no suelen percibirlos sino que lo que es más grave, quienes les rodean.
Los primeros síntomas del Alzheimer . Sobre todo los variadísimos síntomas de la Demencia que pueden ser , sobre todo al principio, muy lentos y difusos. Estos síntoma quienes tiene contacto con el anciano, dado que suelen presentar como rasgos acentuados de su personalidad, los interpretan como “mañas”, semi-voluntarias o voluntarias que el anciano puede controlar si quisiera. En el caso de la Depresión se interpreta normalmente como desidia una pereza propia de la edad. Lo verdaderamente grave es que no se dan cuenta que es el comienzo de una enfermedad degenerativa que debe ser considerada y tratada, si se tiene los medios, como tal.
La confusión de los que tienen relación con el anciano es que en los estados previos los síntomas se presentan mezclados con una lucidez aparentemente normal. Por ejemplo el anciano que ha comenzado a olvidar el presente inmediato y que extravía objetos con frecuencia lo atribuirá al robo dirigido siempre a aquellas personas que en la actualidad rechaza de alguna manera. Nada le convencerá, aun en los casos más absurdos, que está equivocado. Esto que es muy común puede irse multiplicando en multitud de otros síndromes de todo tipo. Cuando es muy avanzado y los periodos de lucidez menos frecuentes quienes los rodean deciden que está “loco”. Es Demencia Senil.
El error mayor que se da en las relaciones con ancianos que presentan esas “manías” es querer convencerles de su error, sobre todo en los primeros periodos en que presentando una lucidez aceptable se cree que pueden razonar normalmente, respecto a sus fijaciones que pueden ser muy diversas
La mayoría de los ancianos de la cuarta edad puede ser que no alcancen la felicidad pero si una
ANCIANIDAD ACEPTABLE
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