el mito del paraiso
EL UTOPISTA Desde su infancia soñó con mundos mejores. Ya se dibujaba en él un intelectual. Primeramente sus mundos se centraron en lo “religioso”.Era aquello que le rodeaba. Siguió el camino de todo adolescente: ensayo-error. No podía aceptar el mundo clerical porque le parecía poco evangélico. Escogió a los franciscanos, porque pensó eran pobres. Fracasó. Conoció unos monjes que querían reanudar viejas tradiciones: durmió en el piso sobre tabla desnudas, ayunó y comió secamente, soportó bajas temperaturas, conoció el trabajo de hortelano, las ampollas en las manos, el trabajo de artesano, el sueño escasísimo. Fueron 17 años. Se dio cuenta que existían gentes más pobres y abandonadas que ellos. Volvió dejar la poca seguridad que había obtenido. Recorrió los caminos con su mochila y alpargatas. Hizo trabajos de pobre. Aun no sabia a lo que aspiraba. ¿ Quizá a ser uno de los “condenados de la tierra” de los que hablaba Franz Fanon ? Buscaba aun una organización que participará de sus