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Mostrando las entradas de mayo, 2023

LA DANZA (I)

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      Ella me conducía tomado por la mano en la noche tenebrosa. Sobre nuestras cabezas, lejanas, titilaban las estrellas. Su mano, firme y áspera estaba llena de fuerza; me trasmitía algo cálido y amistoso. °°°°°°°°°°°°°°° Estoy caminando inútilmente por esta carretera solitaria. Hace mucho tiempo que no pasa vehículo alguno. Anochece. Mi experiencia me enseña que nadie se detendrá para llevarme en esta hora. Temen un asalto. Les comprendo. A mí se me ocurriría algo semejante. Camino ya en forma automática debido al cansancio. Debo buscar un espacio donde dormir. Quizá temprano, un madrugador me recoja. Puede ser que   no vaya muy lejos. ¡No importa! ¡Ojala me saquen de esta carretera secundaria hacía otra con más movimiento. ¿Cómo encontraré un lugar apropiado para extender mi saco de dormir? Las bermas son estrechas y luego caen   verticalmente hacía el valle. Con la oscuridad reinante me es difícil distinguir   una terracita o un repecho convenientes. ¡Me

LA VUELTA A LA DANZA

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  1                                                                                          II. LA VUELTA A LA DANZA     Cuarenta años es mucho   tiempo Nunca olvidé la Danza. Durante esos años intenté ensayarla de nuevo.. Me habían dicho que era irrepetible.   Un día, el Camino, el Tao me encontró. No fui yo quien lo encontré a él. Lao, el Viejo, fue mi maestro. Tuve que decrecer, olvidar, desaprender. “Si no sois como niños no entrareis en el reino de los cielos”. Medité. Viví el “instante presente”. Un día estalló en mí la comprensión. Penetré en la Danza. Mi danza y la de las partículas elementales del universo. Tela de araña misteriosa   de la que somos un tenue hilo.   °°°°°°°     Me encontré caminando de nuevo a través de Europa. Casi, sin saber cómo. Un viaje, capricho de amigos benévolos. No me hacía ilusiones. Había transcurrido más de una generación. Todo había cambiado. Pensaba que el caserío que buscaba ya no podía existir comido por el pro