ANCIANOS Y FAMILIA
En
la antigua familia extensa en la que solían convivir tres generaciones los
cuidados a los ancianos se daban en forma indirecta.
Según
los ancianos se debilitaban y perdían
energías y fuerza de trabajo la generación siguiente iba adoptando sus roles.
Primero los más pesados y más tarde, según la personalidad de los abuelos, otros más secundarios.
La
familia moderna o “nuclear” compuesta de una sola pareja, los padres ancianos quedan indefectiblemente solos en cualquier
rango social.
Esas
parejas de ancianos, sino tienen medios económicos amplios deben bastarse a sí mismos aun cuando sus
fuerzas ya no se lo permitan. Solamente
en caso extremo se les derivará a una
institución para ancianos en aquellos países que cuenten con programas para la extrema vejez.
En
otros países pueden tener una cierta
ayuda estatal que les facilite una asistencia de visitas
domiciliarias para ayudarles en los menesteres más indispensables.
Aquellos
países que están saliendo de modalidades
de origen campesino los ancianos
solían quedar acompañados por algún hijo
o hija que les ayudaba y acompañaba. Estos países habiendo entrado modernamente en la carrera del Consumo como
ideal social, los ancianos quedan en los campos y ciudades en casi un completo
desamparo. Sus hijos, si los han tenido y viven aun, están dispersos por el
país, o bien viven urgidos por el consumo y la adquisición de bienes para
realizarlo. Escasamente ayudan
materialmente a sus padres ancianos y además carecen del tiempo
para dedicarles atención debido a la carrera para adquiri posibilidad de llenar sus
necesidades primarias o de fantasia.
Un
nuevo concepto frente a los ancianos se ha ido infiltrando en muchas sociedades
que bruscamente se han incorporado al Consumo.
En
la mentalidad del Consumo los objetos que ya no cumplen una función por estar deteriorados, aunque sea en forma ligera y poco importante, son desechados.
Igualmente todos aquellos que son juzgados anticuados.
Esa
mentalidad que el capitalismo del lucro
con su potente maquinaria de propaganda introduce arteramente en la mentalidad de las personas desde la infancia, se introduce en forma de pensar.
Es absolutamente lógico que se nos considere a nosotros los ancianos como seres
desechables.
Ya
cumplimos nuestra función, ¿Qué significado podemos tener en la vida sino de
obstáculos al desarrollo moderno?
¿Qué
podemos enseñar si ni siquiera somos capaces de manejar un computador básico y
menos toda la parafernalia de Juguetes electrónicos modernos?
¿Acaso
los ancianos no desprecian esa modernidad tecnológica porque
precisamente no la entienden?
Antiguamente
los ancianos enseñaban a vivir y a manejar tecnología a los jóvenes. Ahora los
jóvenes tienen que enseñar tecnología a
los ancianos, que la mayor parte de las veces son incapaces de aprender o, bien, no lo quieren hacer. Esto, es algo muy
real en todos los ancianos que se aferran al pasado. Un error, porque las
civilizaciones y sus culturas son dinámicas y los ancianos, para no ser objetos
desechables, tienen que aceptar y saber
vivir el cambio combinando lo mejor de cada momento.
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