CLÉRIGOS DE AYER Y DE HOY

CLERIGOS

El problema de las desviaciones de las Iglesias procede de su propias estructuras. Esto no es nuevo sino que se ha dado en todos los tiempos.

Cuando hablo de Iglesias no implica una religión determinada.Pueden ser cristianas, musulmanas brahamánicas, o de cualquier otra denominación.

¿Cómo se constituyen sus núcleos de poder? A través de sus estructuras  clericales o el conjunto de miembros que administran  y tratan de hacer cumplir los dogmas de cada dcredo religioso.

 Primero  es necesario señalar que toda Iglesia  es siempre jerárquica. Esto implica un jefe supremo  que deriva su poder absoluto en escalafones bien definidos. Es una repartición del poder  eclesial. Esto es lo que forma al clero de cada confesión

En la fundación de alguna de las Iglesias se rechazó todo tipo de jerarquización tal como se piensa que originalmente era la cristiana. Indefectiblemente se termina por caer en esa jerarquización.

Aún en la vida monástica que se presenta como democrática, la jerarquización es un hecho que se manifiesta de manera más hipócrita a través de la “antigüedad de sus miembros.

¿Cómo se forma la clerecía? Parte  de lo que se denomina la “vocación religiosa2. Precisamente se trata de un punto de partida “perverso”.

Esa vocación considerada por la clerecía como de origen sobrenatural presenta un número incalculable de perversiones que pueden ser de origen de poder, económicas, psicológicas, psiquiátricas, estructuras de la personalidad..... y como imagines heroicas Esto no quiere decir que el postulante a clérigo tenga conciencia en sus primeros pasos de su tendencia perversa.

El primer paso que aprende el aspirante a clérigo es la de ser un comediante nato.Es la estructura eclesial quien se lo impone. Tiene que representar a un santo, un héroe. Son escasísimos los clérigos, porque son gente corriente, a encarnar en cualquier nivel y circunstancia el papel de héroe que se les impone. En esa evolución es cuando van apareciendo sus propias perversiones básicas. Frente a ellas se despliega con fuerza el papel histriónico en el que ha sido formado.

La comprobación de lo explicado aparece con fuerza en el trato corriente con un clérigo. Se tiene  casi siempre la sensación que está representando  igual que en el teatro un papel. Esto se capta por los gestos amanerados, la voz meliflua, su palabrería marcad de religiosidad, frases piadosas, citas de sus libros sagrados e incluso cuando quiere aparecer como una persona corriente. Tiene que “edificar” a sus interlocutores.

Por el contrario aquellas personas  que  tiene la posibilidad de  verles en su vida privada en la que a la mayoría se les desploma su caracter teatral, se les capta  personas vulgares que incluso perdieron  con frecuencia su antiguas manera burguesas si es que  proceden de estratos acomodados.

Sin embargo, cuando son víctimas de sus desviaciones originales es allí cuando  se creen libres de todo control, tanto de sus colegas como de aquellos que en el fondo son sus “clientes y que les pagarán mejor cuanto mayor sea su teatralidad.

Porque los clérigos dependen de su función clerical de intermediarios con poderes  ultramundanos para sustentarse.

Lo que los clérigos como todo actor de teatro no pueden evitar es que sus rostros a través del tiempo no pueden engañar a observadores que no necesitan ser especialistas: el poseedor de poder, el lujurioso, el “santo”, el pederasta y.....

Los verdaderos héroes son aquellos clérigos que han superado esa máquina  eclesial perversa y humildemente están convencidos  que su misión es ante todo ayudar a otros seres  humanos a través de lo que ellos

VERDADERAMENTE SON