Reflexiones

YO PERTENECI AL PLAN MORGENSTART


He leído con atención tu último blog y he decidido contare mis vivencias en algo que creo que está muy relacionado con tus análisis.
Yo pertenecí al plan Morgenstern (Estrella de la mañana).
Quizá esto no te diga nada. Se trata de un estudio científico secreto apadrinado por varías naciones que trata de investigar si nosotros los seres actuales tenemos codificada aun la información que nos permitiera readaptarnos a una vida semejante a la de los Orígenes en el caso que una catástrofe de algún tipo nos obligase a retroceder a una vida semejante a la de la época primigenia.
Yo he sido, por dos veces “cobaya” human en este experimento. No sólo he obtenido importantes beneficios económicos y también lo costoso y duro que es reaprender a ser libre y a bastarse por sí mismo.
El Plan Morgenstern continúa y por ello estoy obligado a ser muy discreto en cuanto detalles que permitiesen ubicarlo. El secreto ellos lo explican con el fin de alejar románticos, periodistas y todo un género que podría modificar muchas de las experiencias.
Son varios los tipos de experimento que se llevan a cabo. Yo debí integrarme a un pequeño clan como uno más de ellos, que habiendo permanecido al margen de todo contacto con culturas modernas, sin embargo habían sido adiestrados para integrarnos paulatinamente a su vida. Éramos un varón y una mujer .Evidentemente el primer choque fue intégrarnos como un recién nacido completamente desnudos y sin objeto alguno de los que uno considera indispensables. Ciertamente quienes nos rodeaban se encontraban en la misma situación, pero ellos desde su nacimiento “siempre lo habían estado así”. No conocían el mundo externo a ellos aparte de dos o tres, quienes lo habían rechazado. Precisamente esas personas fueron los escogidos por la Fundación para que fuesen nuestros guías e instructores.
Además el clan estaba “vestido” con su adaptación inmemorial al medio ambiente, pinturas corporales, adornos y una piel curtida y más gruesa que la nuestra. Precisamente uno de los fines del Plan era averiguar si tres años de esta convivencia significaría una evolución sico-física en nosotros.
Algunos románticos con diferentes nombres piensan lo maravilloso que sería volver a la vida natural de Adán y Eva pero su experiencia se reduce solamente a unos días en una colonia nudista. Yo les puedo decir que nuestra experiencia fue la de un infierno prolongado de una difícil adaptación y que no lo abandonamos como muchos otros por razones bastante diferentes, pero que en muchas ocasiones maldecimos el momento en que libremente aceptamos formar parte del experimento.
Debo advertir que estábamos sujetos a un control rigurosa en cuanto a salud y a nuestra evolución física y sicológica.
Solamente muy cerca del término de nuestra primera estancia en la selva empezamos a darnos cuenta que nuestra penosa nueva vida tenía un tipo de compensaciones que sumergidos en el cambio doloroso no habíamos advertido
El primer tiempo fue más traumatizante para mí que para mi compañera.
Lo primero que descubrí que el cuerpo, físicamente, tiene una sensación de miedo hacía lo desconocido.
Habíamos sido escogidos entre otras cosas por ser personas habituadas a un contacto físico con el medio ambiente. Por ejemplo experiencias en lugares, inhóspitos, montañas, desiertos, caminar descalzos y cosas de este estilo. Aquí, inmediatamente, sentí la aprensión física al contacto con lo que me relacionaba: piedrecillas, raíces, ramas, insectos…sobre todo la obsesión con las serpientes venenosas. Obsesivo el enfrentamiento con los mosquitos, tábanos, las niguas que se meten bajo las uñas y otros insectos que colocan sus huevos debajo de las uñas de los pies… Mi compañera lejano origen indígena, sufría mucho menos de todo ello que yo.
Igualmente los cambios bruscos de temperatura entre el día y la noche, la lluvia recibida directamente sobre la piel desnuda en que, a pesar de ser cálida, acababa por entumirme cuya fuerza me golpeaba como diminutos proyectiles. Hundirme en lodazales cuyo fondo podían contener animales peligrosos y ramas espinosas… Ureita, mi “padrino” indígena reía gozoso ante mis miedos y desazones.
Comer siempre con los dedos, utilizando como cuchillo el borde filosas cañas y no tener sino instrumentos de madera fabricados por mí mismo como el venablo o el arco y flechas, lo mismo que la hamaca o las redes para cazar, pescar o transportar algo…
Observando a mis compañeros autóctonos envidiaba continuamente su adaptación, fluidez de movimientos y libertad juzgando que jamás yo los obtendría. Afortunadamente me equivoqué en ello pero el proceso me costó un aprendizaje de mucho tiempo. En los primeros años maldije con frecuencia a mi mismo y mi decisión de enrolarme en el Proyecto.
Muy tare empecé a darme cuenta del enriquecimiento que estaba obteniendo como ser humano. Quizá comencé a tener conciencia de ello por el resultado de diferentes exámenes a los que se nos sometía. Me sorprendí cuando supe que había cambiao mi manera de andar, y caminar. Había disminuido mi visión periférica y adoptado la lineal. Mi sensibilidad corporal había disminuido respecto al contacto directo con los objetos, pero había adquirido otro tipo que los científicos faltos de otro nombre denominan “presencial” mi piel se compactó especialmente en la planta de los pies, sin perder la flexibilidad.
No te quiero cansar con descripciones y menos con resultados de tests de todo tipo que nos hacían y que solían arrojar desarrollos nuevos y positivos


Cuando terminé mi contrato de tres años, había momentos en mi nueva vida que me sentía confortable. Cuando volví al mundo civilizado me pareció una fiesta. No me duró mucho. Empecé a añorar un mundo en qu uno se relaciona con todo y todos con el cuerpo en una totalidad difícil de expresar.
Cuando me ofrecieron años más tarde un nuevo contrato lo acepté.

Leído tu blog creo que tienes algo de razón en lo que expresas y deseé que otros conozcan también mi experiencia.

Hans Pfeiffer

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