reflexiones

TIBET HOY

Veo en TV a una mujer tibetana, monja budista, torturada por reclamar la independencia política de su país.

Soy un testigo histórico, desde mi infancia, de un mínimo de persecuciones acompañadas de tortura y muerte.

Contra los anarquistas y republicanos en España.

Contra los separatistas de varias provincias.

Contra derechistas y católicos.

Contra izquierdistas, comunistas y republicanos.

Contra los exiliados españoles en Francia.

Contra los franceses opuestos a la invasión alemana. Y los maquisards.

Contra los independentistas argelinos.

Contra los opuestos a cualquier tirano en cualquier parte del mundo…

Todo ello en mi corta y efímera vida de 80 años de los que debo descontar aquellos en que no me daba cuenta de nada.

Los métodos de represión siempre los mismos con variaciones debidas a la imaginación de los verdugos o bien a la hipocresía de la moderna obsesión de no dejar marcas. Indudablemente hay un progreso. La tortura y las ejecuciones ya no se suelen hacer en la plaza del mercado ante inmensas multitudes que animaban a los verdugos o bien apostaban sobre la capacidad de vida de las víctimas.

Leo en uno de los informes del Tibet torturas corrientes en la Edad Media aplicadas “elegantemente” con los bastones eléctricos reglamentarios en cualquiera de los mismos orificios humanos que antaño, con la ventaja de producir más dolor, menos sangre y señales.

Desde luego no se omitirá jamás la VIOLACION acto de poder tradicional desde la más lejana antigüedad en cualquier víctima a la que se le pueda realizar impunemente por “razón de seguridad del Estado”.
Hace muchos años me decía un viejo general español:

CUANDO UN SER HUMANO TIENE UN ARMA Y UNA RAZON QUE LE ABSUELVA
MATA.

ES ALGO QUE HE RECORDADO MULTITUD DE VECES EN MI VIDA. A PESAR DE ELLO NO SOY PESIMISTA, SOLAMENTE PRECABIDO.

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